6 de agosto de 2015

Abren muestra que exhibe el proceso de restauración de la obra de Pedro Figari “Días de Trilla”

Será el lunes 10 de agosto a las 19 horas en la sede Rocha del CURE y permanecerá abierta hasta el 16 de agosto. Se trata del registro fotográfico de las distintas etapas del proceso de restauración de la obra de Pedro Figari “Día de trilla” e incluye una charla a cargo de una especialista.

LPH

 

El próximo lunes 10 de agosto a las 19 hs. se inaugura la muestra del proceso de restauración de la obra Días de Trilla, del pintor Pedro Figari. La experiencia se lleva adelante en el marco de las actividades culturales conjuntas con el Centro Cultural Mª Élida Marquizo, el Centro Universitario Regional del Este (CURE) y consiste en la exhibición del registro fotográfico de las distintas etapas del proceso de restauración de la obra de Pedro Figari “Día de trilla”. La muestra estará abierta desde el 10 y hasta el 16 de agosto inclusive en la sede del CURE Rocha, ubicada en la intersección de las Rutas 9 y 15.

Además, dentro de la exposición se llevará adelante una charla titulada “Detrás de la muestra” que estará a cargo de Lic. Alicia Barreto, quien nos acercará al trabajo de conservación que viene llevando a cabo el Museo Figari desde sus inicios, recorriendo diferentes instancias en la preparación de una exposición.  Toda la actividad es con entrada libre y gratuita.

 

Pedro Figari

 

El 29 de junio de 1861 nace en Montevideo Pedro Figari Solari. Hijo de Juan Figari de Lazaro y Paula Solari, ambos genoveses. De joven manifiesta inclinaciones artísticas que son parcialmente postergadas por los estudios universitarios.

En 1885 se recibe de Doctor en Jurisprudencia en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de la República.

Un año después se casa con María de Castro Caravia, con quien tendrá nueve hijos. La relación con su familia política lo vincula a un ambiente abierto a los estímulos del arte, donde conoce al maestro Goffredo Sommavilla, pintor italiano de formación académica con el que estudiará un tiempo.

En 1889 es designado abogado Defensor de Pobres en lo Civil y en lo Criminal, cargo que lo pone en contacto con un medio social que alimentará más tarde los temas de su obra pictórica y literaria. Los siguientes años están marcados por una intensa actividad jurídica que se inscribe dentro de las nuevas vertientes de pensamiento en la materia, con la memorable defensa del alférez Enrique Almeida, quien es injustamente acusado de un asesinato de implicancias políticas. Luego de un juicio de cuatro años, obtiene la absolución de Almeida por falta de pruebas, y en ese mismo año, publica Un error judicial en el cual expone sus argumentos sobre el caso.

En 1896 edita Causa célebreEl crimen de la calle Chaná, vindicación del Alférez Enrique Almeida.

En 1897 es electo diputado por el Departamento de Rocha, representando al Partido Colorado y renuncia al cargo de Abogado Defensor de Pobres en lo Civil y en lo Criminal.

De 1898 a 1899 se desempeña como Consejero de Estado por el Partido Colorado. Entre los proyectos que impulsa se destaca la creación de la Escuela de Bellas Artes. El hogar de la familia Figari-Castro es lugar de encuentro de intelectuales y artistas nacionales entre los que sobresalen: Pedro Blanes Viale, Milo Beretta, Eduardo Fabini y Carlos Federico Sáez. También lo visitan extranjeros como Anatole France, Arturo Rubinstein, Arturo Rusiñol, entre otros.

En 1901 comienza su actividad en el Ateneo de Montevideo, desde donde promueve certámenes artísticos y en 1903 es elegido Presidente de la institución.

Entre 1903 y 1905 destaca con una serie de artículos periodísticos y conferencias contra la pena de muerte, siendo determinante su influencia para la aprobación de la ley abolicionista de 1907.

Asume el cargo de abogado del Banco de la República de 1905 a 1915.

En 1910 presenta un proyecto para la Dirección de la Escuela Nacional de Artes y Oficios (ENAO) y dos años más tarde publica el tratado de filosofía y estética Arte, Estética, Ideal.

En 1915 es designado director interino de la ENAO llevando a cabo una profunda reforma de la enseñanza industrial. A través de la creación de nuevos programas, Figari modifica y amplía las curricula e introduce innovaciones en los criterios de producción llevando a la práctica el ideario estético-filosófico anticipado en su tratado de estética de 1912.

En 1918 escribe en colaboración con su hijo, el Arq. Juan Carlos Figari, Educación Integral. Luego de la desaprobación del plan de reformas de la ENAO renuncia a la actividad pública, abandona su hogar y se aloja en el Hotel Oriental, en la Ciudad Vieja de Montevideo. Se dedica exclusivamente a pintar.

En 1921 se muda a Buenos Aires con cinco de sus hijos. Su estancia de cuatro años marcará su plena dedicación a la pintura. En este período recibe un amplio reconocimiento a su labor pictórica hasta entonces mantenida en un ámbito privado y familiar, en especial dentro del círculo de intelectuales que colabora en las revistas Martín Fierro y Proa.

En 1925 se traslada a París donde permanecerá nueve años y obtendrá su definitiva consagración como artista plástico. El viaje lo emprende con su hijo Juan Carlos, colaborador en su aventura pictórica, quien muere repentinamente a dos años de instalados en París.

Al año siguiente, 1928, publica El Arquitecto, libro de poesía dedicado a su hijo y dos años más tarde Historia Kiria, novela utópica que resume sus ideas filosóficas.

Regresa a Uruguay en 1934 y es nombrado Asesor Artístico del Ministerio de Instrucción Pública.

Fallece en Montevideo, el 24 de julio de 1938.

 

 

Fuente e imágenes: www.museofigari.gub.uy


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J. E. de la Cruz
DE CUARTA
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