La Pedrera y la Noche de San Juan: quemar para que vuelva a surgir
Adriana Pugliese // LPH
Un dragón de más de casi cinco metros de altura, una pirámide truncada, una gran fragata pirata y ayer se agregó un Ave Fénix, que dio calor a una noche que se disfrutó de palmo a palmo con tambores, música y el colorido de los fuegos artificiales que abrieron y cerraron la hoguera de San Juan en una nueva edición pedrerense.
Más de ochocientas personas se reunieron anoche en la esquina del Club Social La Pedrera para vivir una vez más el calor del solsticio de invierno. Esta vez, el veranillo provocó no hiciera falta llevardemasiado abrigo para estar al aire libre disfrutando de lo que comenzó con fuegos artificiales y música, y siguió con el encendido de la fogata, que esta vez estuvo representada por un Ave Fénix cuya creación fue, como todos los años, obra de artistas del pueblo que, desinteresadamente, se abocaron durante semanas a la tarea de diseño y armado del tótem junto a vecinos que colaboraron con la ardua tarea.
Quemar el carnaval
Dispuestos en los alrededores del fuego principal, se podían leer carteles hechos a mano con leyendas como “Volvamos a la fiesta mágica de nuestro carnaval”; “La Pedrera merece otro carnaval” y “Donde algo se quema y se va, algo nuevo surge. Recuperemos el carnaval genuino de La Pedrera”.
Martín Arteaga, uno de los artistas que trabajó en el proyecto y realización del tótem 2017, explicó a La Paloma Hoy que la idea del Ave Fénix era representar la quema del carnaval que hoy se instaló en La Pedrera y que genera tantos dolores de cabeza al pueblo: “Nosotros creamos el carnaval espontáneo con los amigos, la familia, los vecinos… era de un pueblo. Hoy en día ese carnaval perdió toda la esencia, la magia y prácticamente nadie lo disfruta… Por eso, queremos quemar este carnaval y volver a tener nuestra fiesta, la de las calles llenas de familias y vecinos pasándola bien”.
Luego de la quema del tótem los concurrentes, entre los que se encontraban no solo vecinos cercanos, sino también gente de otros departamentos como Canelones, Maldonado y Montevideo, disfrutaron de la música al aire libre mientras dos pequeñas fogatas seguían ardiendo alimentadas con maderas para estirar el momento de charla y festejos. Pasada la medianoche se habilitó la pista de baile donde cientos de jóvenes disfrutaron hasta la madrugada del baile organizado por la cantina del club, a cargo de Juan y Rosana.
El evento, fue transmitido en vivo por La Paloma Hoy a través del facebook
Solsticio de invierno
En Sudamérica, la noche de San Juan se celebra el 21/22 de junio, fecha en la cual ocurre, (a la inversa que en Europa) el solsticio de invierno. Durante ese día, se encienden fogatas en los barrios o pueblos (muchas veces denominadas fogaratas, y otras veces, judas, cuando hay una efigie en la fogata), en torno a las cuáles la gente se reúne. La Fogata de San Juan es una celebración ancestral de origen pagano y coincide con el solsticio de invierno, la noche más larga del año. En distintos puntos de América del sur las comunidades preparan sus muñecos representando en ellos sentimientos a quemar y, a través de sus llamas, elevan al cielo sus anhelos, con la esperanza que se cumplan antes de la próxima fogata.
Ave Fénix: muerte y resurgimiento
La leyenda del Ave Fenix relata la historia de un ave capaz de renacer de sus propias cenizas. Representa esencialmente la muerte generada por el fuego, la resurrección, la inmortalidad y al mismo tiempo el sol.
Si bien se trata de un leyenda ampliamente difundida, y que fue utilizada por diversos literatos tales como Dante Alighieri y Francisco de Quevedo, presenta variantes peculiares según épocas y culturas. En China, por ejemplo, el Ave Fénix recibió el nombre de Feng, que representa a la emperatriz y junto al dragón, simboliza la confraternidad inseparable.
En la India se trata de un ave que luego de alcanzar los quinientos años de vida se inmola en vísperas de la primavera en un altar especialmente preparado para tal fin. En esta versión, la misma ave es la que enciende el fuego y, al día siguiente, entre las cenizas aparece una larva que se va transformando en un pequeño pájaro. Al tercer día ya puede reconocerse al ave Fénix que regresa a su lugar de origen.
En la mitologia egipcia tomaba el nombre de Benú y simboliza la alquimia, es decir, el renacimiento a través del fuego.
Por otra parte, en la mitología persa existe el Simurgh (también llamado Senmurw), que es considerado el Rey de los pájaros que anida en el árbol del Conocimiento desde el cual, al batir sus alas esparce sus semillas. Podía vivir hasta 1700 años y cuando su hijo había crecido se autoinmulaba en una pira.
El Ave Fénix en su amplia variedad de versiones y adaptaciones culturales y geográficas representa sobre todo un ritual de muerte y regeneración. Así, por ejemplo, en la mitología grecorromana, Hesíodo afirmará que el Ave Fénix vivía nueve veces más que un cuervo y Ovidio también la rescatará en su obra Metamorfosis.
Hay que recordar que para los primeros cristianos el Ave Fénix simbolizaba a Cristo, ya que era tomada como alegoría de muerte y resurrección. Y en México, por ejemplo, aparece siempre en compañía del gran dios Quetzalcoatl.
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