Reciclan colillas de cigarrillo y las convierten en armazones para anteojos
Adriana Pugliese // La Paloma Hoy
Quizá les ha pasado que, caminando por la playa, hayan encontrado decenas de colillas de cigarrillos en la arena. Pero no les pasa solo a ustedes, ya que es uno de los residuos tóxicos que se encuentra con más frecuencia en las jornadas de limpieza de playas.
Y no es un residuo inocuo. Cada colilla tiene la terrible capacidad de contaminar hasta 50 litros de agua.
A juntar
Hace un tiempo, en nuestro país, un grupo de voluntarios creó “No más colillas Uy” un movimiento que trabaja en la recolección de este perjudicial desecho. Al principio colocaron en distintos puntos de Montevideo, contenedores hechos con botellones plásticos para que la gente depositara las colillas.
Sin embargo, faltaba otra pata: el destino de las colillas recolectadas.
Allí tomó forma el proyecto TEKO, de la mano de Nicolás Montossi, que se presentó para lograr unos fondos de ANII, Agencia Nacional de Investigación e Innovación: “en mi caso, me postulé para validación técnica, que es un programa que da fondos para resolver alguna incertidumbre técnica que, en este caso, era reciclar las colillas”, explicó Nicolás a La Paloma Hoy.
Una vez que fueron otorgados los fondos, Nicolás comenzó a dar forma a su idea “el proyecto tiene dos etapas, la logística, para la que fabricaron contenedores de colillas y la de reciclado, que es la última etapa, y es la que hizo dar el salto al proyecto.
No más colillas en la playa
Llegó el verano y la campaña para recolectar colillas se mudó a la costa “empezamos a trabajar con los voluntarios de no más colillas Uruguay. Pusimos contenedores en Piriápolis y en Punta del Este con la colaboración de los municipios, y en los accesos a algunas playas colocamos unos que son portátiles, para que la gente tenga en la playa y antes de irse, los devuelva”.
La meta que se habían planteado fue recolectar unas 100 Mil colillas “juntamos 200 mil, la superamos ampliamente”, dice exultante Nicolás.
Los contenedores diseñados por TEKO eran vaciados por voluntarios que, además, hacían jornadas de limpieza en las playas.
El proceso de reciclado
Una vez que las colillas están en los recipientes, viene la parte del reciclado, algo que resulta novedoso.
Nicolás cuenta que TEKO hace un proceso de lavado con las colillas recolectadas que “están conformadas por papel, el tabaco y acetato de celulosa, que es un bioplástico de origen vegetal, que se obtiene de la celulosa de la madera, y que es reciclable".
Este proceso innovador, permite recuperar el acetato de los filtros para luego fabricar placas y además, es amigable con el medio ambiente.
Una vez que se obtiene la placa, comienza la etapa de buscarle usos: “estamos creando prototipos de diferentes productos. En este caso, lo que más nos interesó fue lograr una placa resistente para realizar los armazones de anteojos, y poder competir en el mercado: a eso estamos abocados”.
Sin embargo, el objetivos no termina en los armazones “también podemos hacer muchas cosas más: cepillos para el pelo, mamparas de baño, composteras, macetas, mesadas… hay un sinfín de cosas para hacer”.
“Lo importante -continuó relatando Nicolás- es que esta iniciativa es una de las primeras en América, ya hay algunos proyectos en Chile y Colombia que juntan las colillas, pero nadie ha podido lograr reciclarlas para fabricar productos”.
Objetivo verano 2021
La idea de TEKO y No Más colillas Uruguay, es abarcar toda la costa para el próximo verano, llegando a Colonia, San José y Rocha. Ya que, si bien el proyecto tuvo una pequeña etapa en Valizas, donde algunos voluntarios colocaron contenedores, Nicolás dijo que con a intención de hacer una campaña más fuerte les encantaría tener una red de voluntarios en La Paloma, llegar a la Intendencia de Rocha, porque quieren que este verano Rocha esté preparado con estructuras de playa, para que la principal de La Paloma tenga recipientes, al igual que otras zonas con mucha población en verano.
Una de las patas más importantes es la colaboración del Estado en este proyecto “todo esto funciona en la medida que tengamos el aporte de las Intendencias, de los alcaldes, los concejales, ya sea con la donación de caños para los contenedores, con presupuesto para gestionar los voluntarios, que ellos puedan tener las herramientas básicas para recolectar como guantes, bolsas y la difusión en la prensa” - concluyó Nicolás.
De qué se trata
Un informe internacionalmenciona que las colillas son el plástico más esparcido del mundo, ya que se arrojan en todas partes, son difíciles de recoger y representan entre el 25 y 30% de los residuos urbanos y costeros.
Las colillas están fabricadas a partir acetato de celulosa, un bioplástico que se obtiene a partir de la celulosa de la madera que puede tardar hasta 10 años en biodegradarse. Este acetato se encuentra en el filtro, y si bien la mayoría del cigarrillo se consume al fumar, el filtro queda para convertirse en un residuo contaminante.
En las ciudades las colillas pueden obstruir cañerías, filtrarse a los océanos y convertirse en una amenaza para los niños, que al jugar en parques o veredas, pueden ingerir estas colillas sin darse cuenta.
En las playas, estas colillas pueden afectar el ecosistema en su conjunto, dado que las aves frecuentemente las confunden con alimento, o construyen sus nidos a partir de estos residuos, pero sobre todo, porque en contacto con el agua pueden liberar hasta 7000 sustancias tóxicas como el arsénico. Cada colilla puede contaminar hasta 50 litros de agua.
Ines
Fantástico. Yo ya estoy juntando y se de una persona a quien llevárselas