22 de abril de 2021

Hoy es el Día de la Tierra

Desde hace exactamente 50 años que cada 22 de abril se celebra este día en gran parte del planeta. La fecha busca generar conciencia mundial sobre la relación de interdependencia entre los seres humanos, seres vivos y medioambiente natural. Hoy compartimos la columna de Andrés Estrades, de la ong Karumbé "¿hasta cuándo vamos a seguir con el asadito de leña de monte?".

Andrés Estrades de ong Karumbé para La Paloma Hoy

El Día de la Tierra es celebrado en muchos países en la fecha 22 de abril.  Es un día para rendir homenaje a nuestro planeta y reconocer a la Tierra como nuestro hogar y nuestra madre, así como lo han expresado distintas culturas a lo largo de la historia, demostrando la conexión entre los ecosistemas y los seres vivos que la habitamos.

En el año 2021 el lema de la ONU es “Restaurar la Tierra”. Los ecosistemas sustentan todas las formas de vida de la Tierra. De la salud de nuestros ecosistemas depende directamente la salud de nuestro planeta y sus habitantes. Restaurar nuestros ecosistemas dañados ayudará a acabar con la pobreza, a combatir el cambio climático y prevenir una extinción masiva. 

Una de las mejores herramientas de restauración y conservación son las áreas marinas protegidas. Me refiero a zonas marino/costeras o exclusivamente marinas reservadas a la protección y el mantenimiento de los recursos naturales, culturales y económicos. Existe una variedad de definiciones formales de las áreas marinas protegidas. Por ejemplo, la más utilizada es la de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Para la UICN, un área marina protegida se define como “un espacio geográfico claramente definido, reconocido, dedicado y administrado, a través de medios legales u otros medios efectivos, para lograr la conservación a largo plazo de la naturaleza con los servicios del ecosistema y los valores culturales asociados”. Tal vez muchos piensen, para que sirve un “espacio vacio” y “sin uso”. 

Tal vez parezcan “vacío de humanos” y sin uso, pero los beneficios de crear estos espacios son múltiples y diversos. En primer lugar, una AMP sirve para proteger la biodiversidad. En estos espacios se busca que las actividades humanas estén restringidas para evitar conflictos de uso con la naturaleza. Se regula la construcción, uso y deterioro. Se busca que las poblaciones de animales y plantas tengan el menor estrés, y puedan desarrollarse con plenitud.

¿De qué sirve esto? Un ecosistema sano, se desarrolla y multiplica. Es así como, por ejemplo, las poblaciones de peces crecen, se expanden y salen fuera de las AMPs. Entonces los pescadores pueden pescarlas fuera, siempre manteniendo intactas las poblaciones dentro del área. Y se puede pescar por siempre. Es un recurso renovable. 

Las AMPs son fundamentales en la adaptación al cambio climático. Un grave problema hoy en día es el incremento de CO2 debido a nuestra actividad humana. Los ecosistemas naturalmente fijan el carbono en los tejidos vivos de los animales y las plantas. Se estima que el 25% del total de co2 en la atmósfera es absorbido por el océano. No podemos darnos el lujo de seguir talando nuestros montes autóctonos. ¿Hasta cuando vamos a seguir con el asadito con leña de monte? Es más, nos urge plantar y plantar… miles… millones de árboles. Siempre respetando la diversidad local. Apoye los viveros locales, plante especies autóctonas.  

Necesitamos una protección inmediata de todas las zonas costeras, creando una suerte de gran AMP, donde los sistemas dunares sean respetados y se evite su destrucción mediante construcciones inapropiadas. En los próximos años el nivel del mar seguirá creciendo y si pretendemos seguir viviendo y usando la costa, deberemos preservar esas zonas de amortiguación, con dunas y su vegetación costera nativa.  Apoye las iniciativas locales. No extraiga área de la playa, conserve la vegetación costera nativa. Ayude en las iniciativas de reconstrucción dunar. 

El razonamiento es sencillo, necesitamos un entorno saludable para seguir viviendo. Necesitamos estabilizar el nivel de CO2 de la atmósfera, o el planeta comenzara a manifestar desequilibrios cada vez más profundos y severos. ¿Puede sonar apocalíptico? Las alarmas suenas desde hace tiempo. Es hora de escuchar a la Ciencia. Es hora de cambiar. Es hora de actuar.


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