21 de septiembre de 2013

Proyecto en Pueblo Garzón divide a sus pobladores

El intendente fernandino Óscar de los Santos analizará con su equipo de asesores si concederá o no la autorización al proyecto de fraccionamiento de 38 hectáreas en los alrededores de Pueblo Garzón.

"No hay nada definido. Lo analizaremos con los técnicos para luego expedirnos", se limitó a decir el jefe comunal al retirarse ayer del Club Recreativo Social Garzón donde se cumplió la segunda audiencia con los vecinos del lugar sobre este tema.

De los Santos participó como oyente en la audiencia de la víspera de la que participaron alrededor de cien vecinos del lugar, los empresarios que llevan adelante la iniciativa y jerarcas de la Intendencia de Maldonado. De la audiencia también participó el alcalde de Garzón, Fernando Suárez, quien está de acuerdo con el proyecto resistido por buena parte de los vecinos y defendido por otros.

Durante el trámite de la misma quedó demostrada la existencia de dos posiciones sobre el proyecto. Una defendida por los vecinos radicados en los últimos años y la otra por los nacidos y criados en el lugar.

Los nuevos vecinos, opuestos al proyecto, ocuparon las sillas colocadas al frente del salón. Los vecinos de toda la vida siguieron la sesión parados desde el fondo. En todo una imagen de lo que puede ocurrir, el intendente, sentado en primera fila al inicio de la sesión, se levantó y se fue al fondo, a medida que los primeros cuestionaban el proyecto.

La audiencia comenzó pasadas las 15:00 en la principal institución del lugar, ubicada frente a la plaza de Garzón, con la dirección del director general de Planeamiento de la Intendencia de Maldonado, Julio Riella. La propietaria del restaurante Lucifer, Lucía Soria, fue la primera de los 11 oradores que hicieron uso de la palabra, entre ellos una ciudadana inglesa y tres oriundos en la zona.

Soria se mostró contraria al proyecto y leyó una carta remitida desde Nueva York por el chef argentino Francis Mallmann, contrario a que se otorgue el permiso al inversor.

"Una vez más peligra en Maldonado el equilibrio entre la belleza y la pura ambición inmobiliaria", sostuvo Mallmann al descalificar al proyecto. "He visto, en los 35 años que he desarrollado mi actividad de cocinar en este país, como ciertos rasgos puros de pueblitos de la costa se han ido perdiendo entre desarrollos y pura ambición inmobiliaria. ¿Verdaderamente hace falta que Garzón cobije un proyecto que una vez más quiebre este frágil equilibrio entre sus raíces y su desarrollo? ¿Es justo que los que hemos cuidado de la mejor forma posible sustentar su historia, arquitectura del siglo pasado y silencio, encontrarnos arrollados por un proyecto que a las claras solo busca la rentabilidad usando el arduo trabajo realizado por nosotros para volver a darle su lugar a un pueblo que estaba sumido en un precario abandono? Soy también empresario y lucro con mi actividad en este querido paraje. Pero nada agregará este nuevo fraccionamiento a nuestro pueblo que debe ser protegiendo sus más preciados valores", dijo Mallmann.

El vecino Jonathan Núñez se sumó a los cuestionamientos vertidos por Soria y Mallmann a través de su misiva. La empresaria inmobiliaria Nana Lavagna reiteró los cuestionamientos al proyecto que había vertido con anterioridad. El vecino Kenneth Prevé, quien contó que reside junto a su familia en Garzón desde hace diecisiete años, se opuso al proyecto.

A favor

Los vecinos a favor del proyecto se manifestaron al final de la audiencia. Tal el caso de Ricardo Rodríguez, tercera generación de Garzón.

"Si vamos a contarle la historia a la gente vamos a contarla completa. Aquí están hablando de Francis Mallmann como si fuera el salvador del pueblo. Nosotros antes que viniera Mallmann teníamos una vida. Él vino con un proyecto que benefició a unos pero a otros no. En mi caso vivíamos muy bien en Garzón. Tenía mi casa, tenía mi trabajo. Tenía todas mis cosas acá. Y cuando vino Mall-mann se me quitó la tranquilidad. Garzón salió al mundo no solo porque Mallman puso el restaurante, sino que vio una veta económica en Garzón. Empezó a comprar propiedades de las cuales todavía tiene ocho o nueve sin vender acá en el pueblo más las chacras que tiene alrededor", sostuvo Rodríguez.

"El hombre vino a hacer su diferencia económica. Vendió tres casas y no pudo vender más porque su idea era la de comprar todo el pueblo. Y revenderlo a precios astronómicos. Yo no estaría acá, ni ninguno de los nacidos acá estaría donde estamos nosotros. Serían todos extranjeros y estaríamos hablando del multimillonario Mallmann. Él no vino por amor al pueblo. Vino porque vio veta económica", agregó.

"A la gente del pueblo no se le da ninguna posibilidad. Nosotros perdimos un montón de cosas como la tranquilidad. Yo vivía más contento cuando a Garzón no lo conocía nadie en el mundo. Vivía en un pueblo con todos los servicios a mano de todo y con la tranquilidad del mundo. Por darle la tranquilidad a ustedes que vinieron. Ahora ustedes se oponen a que venga más gente con inversión", afirmó.

"Esto me hace acordar a la colonización de América cuando vinieron los españoles y mataron a todos los indios. Después no querían que viniera más nadie. Se creyeron los dueños de la tierra. ¿Y los que estaban antes? Pobre gente, no tienen derecho alguno. Ahora ustedes se creen con derecho ustedes a la tierra. Y nosotros que estábamos antes, ¿no tenemos derecho ninguno?"; finalizó Rodríguez. Diego Salaberry, titular del club de fútbol de Garzón, coincidió con él.

 

Fuente: El País Digital


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