13 de marzo de 2018

Pica pica: nos asomamos al mundo de las medusas

En una nueva entrega de la sección #Conocer #Respetar #Preservar, Fabrizio Scarabino y Valentina Leoni nos cuentan sobre el mundo de las medusas.

Cuando vivimos en un lugar como La Paloma, en el que la naturaleza surge a cada paso, es preciso el conocimiento para comprender la importancia del medio que nos rodea.

En esta sección, recorreremos junto a especialistas, la naturaleza que nos rodea para conocerla mejor y, a través de ello, crear conciencia en las nuevas generaciones, y compromiso en quienes tenemos la responsabilidad de abogar por el cuidado del medioambiente.

En este segundo capítulo, Valentina Leoni y Fabrizio Scarabino, ambos docentes del Centro Universitario de la Región Este (CURE), nos nos invitan a sumergirnos en el mundo de las medusas. 

En La Paloma es común encontrar varias especies de medusas o aguavivas, principalmente en verano, debido a la mayor presencia de aguas cálidas que favorecen la aparición de ciertas especies.

La principal característica de estos animales, los cnidarios, es la presencia de pequeñas estructuras en sus células (cnidas), que funcionan como agujas microscópicas que pueden inyectar toxinas y sirven para paralizar las presas o como mecanismo de defensa. Las medusas y animales parecidos son organismos muy frágiles, no tienen gran capacidad de nado y  son arrastradas por las corrientes formando parte del zooplancton. Son grandes predadoras de larvas de peces o pequeños crustáceos, pero también forman parte de la dieta de tortugas marinas, peces y moluscos.

¿Qué especies podemos encontrar en la costa de Rocha?

En la costa uruguaya podemos encontrar diversas especies con formas y tamaños variados, inclusive dentro de una misma especie. Forman parte de distintos subgrupos: las aguavivas o medusas verdaderas (escifomedusas), las tapiocas y medusas reloj (hidromedusas), la fisalia y afines (sifonóforos) y las cubomedusas.

Tapioca común (Liriope tetraphylla): es una medusa muy pequeña que no supera los 3 cm de diámetro y puede ser muy abundante en nuestras costas durante los meses de verano. El contacto directo con esta especie puede provocar picazón, sensación de hormigueo en la piel e irritación en zonas cutáneas sensibles. Varias otras especies de tapiocas (hidromedusas) pueden aparecen en menor proporción o en forma más ocasional (Obelia spp. y Clytia spp.).


   

 Izquierda: Ejemplares de tapioca común (Liriope tetraphylla) varados en la costa de Valizas, Rocha (Foto: F. Scarabino). Derecha: Individuo de tapioca común de La Aguada, Rocha (Foto: V. y Silvana González. Escala 1mm).

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Aguaviva de la cruz (Lychnorhiza lucerna): Puede medir de 5 a 38 cm de diámetro, tiene 8 brazos orales pero sin tentáculos. Se pueden observar individuos con el borde violeta azulado en la campana, lo que es característico de esta especie. Se recomienda no entrar en contacto con la zona de los brazos, donde se encuentran las células urticantes.

    

Arriba: Ejemplares de aguaviva de la cruz en Rocha, donde se observa el borde violeta de la campana, solo a veces presente, y los brazos (Fotos: M. Abreu).

Aguaviva común (Chrysaora lactea): Es una medusa grande que puede llegar  medir hasta 20 cm. Presenta 4 brazos orales y una boca central, con muchos tentáculos largos en el borde de la campana. Los colores son muy variados, desde transparentes, rosas o violetas. El contacto con los tentáculos puede causar irritaciones y ardor en la piel.

    

Izquierda ejemplares vivos de aguaviva común en La Paloma, Rocha (Fotos: V. Leoni, M. Abreu). Derecha: Organismos varados de C. lactea en el puerto de La Paloma, donde se obseva la diversidad de colores (Fotos: V. Leoni).

Aguaviva reloj (Olindias sambaquensis): Esta especie puede tener diámetros de 6 a 8 cm, no presenta brazos orales, y tiene muchos tentáculos de colores intensos. Es una especie muy urticante.

   

Ejemplares de aguaviva reloj. Izquierda: Ejemplar vivo (Foto: M. Abreu) Derecha: ejemplar de la Coronilla, Rocha (Foto: V. Leoni)

Cubomedusa (Tamoya haplonema): es de las especies más urticantes que llegan a Uruguay, ya que es más típica de aguas tropicales. Es la única especie de cubomedusa registrada en Uruguay, y aparece principalmente en verano. Se caracteriza por tener la campana de forma prismática, de unos 6 a 15 cm de alto y 4 a 8 cm de ancho, más rígida que las otras especies, y con cuatro tentáculos (uno en cada extremo).

  

Ejemplares de cubomedusa de la costa uruguaya (Fotos: Wilson S. Serra y Ana Gabriella Alonzo). Escala: 10 cm.

Finalmente, la medusa gigante (Chrysaora plocamia) es una especie de gran tamaño (¡hasta 1 m de diámetro!) que se encuentra tanto en las costas de Chile y Perú, como de Argentina, y ha sido registrada en Uruguay únicamente dos veces, asociada a condiciones de agua fría en la costa rochense.

Ejemplar de la medusa gigante encontrado en La Paloma (Foto: Martin Abreu)

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Además de las aguavivas se pueden observar otros organismos que forman parte del plancton gelatinoso. Dentro de ellos están los ctenóforos o peines de mar, organismos que no poseen células urticantes (no son cnidarios) y son totalmente inofensivos para el ser humano. Algunas especies de peines de mar son bioluminiscentes presentan gran fragilidad imposibilitando su conservación lo cual dificulta su conocimiento.

En Uruguay se han registrado tres especies ctenóforos o peines de mar, dos de las cuales son comunes en la costa rochense: Beroe ovata y Mnemiopsis  leidyi.

Ejemplar de M. leidyi en La Paloma. (Foto: V. Leoni)

Las salpas son los terceros integrantes del plancton gelatinoso que podemos observar. Estos son tunicados (urocordados) muy alejados de los cnidarios. Tienen aspecto de un fragmento de aguaviva, de consistencia rígida, de hasta unos 3 cm. A diferencia de los peines de mar (ctenóforos) y las aguavivas, que son organismos carnívoros, las salpas se alimentan principalmente de fitoplancton.

Ejemplar de salpa chica o falsa tapioca (Thalia democratica) (Foto: internet).

Desde hace siete años existe la Red de Avistamiento de Medusas (RAM), en la cual está trabajando en el relevamiento de las especies de aguavivas que llegan a nuestra costa. Es un trabajo liderado por Alicia Dutra y Gabriela Failla, en colaboración con los guardavidas de la costa uruguaya. Gracias a este proyecto, los guardavidas son capacitados para identificar las distintas especies, conocen su toxicidad y el tratamiento a realizar en el caso de lesiones. Cuentan además, con material gráfico para informar a los bañistas.

 


Comentarios »
Silvia
Que se recomienda hacer cuanto te pica una medusa?
Agua vivas comunes en la Paloma
Gastón pásale a Gustavo (tu amigo) que me lo pidió Chau chau
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