10 de febrero de 2021

“La campana que robaron de la Iglesia de La Pedrera no es la que sacamos del fondo del mar”

Emilio Azambuja, vecino de La Pedrera, contó a La Paloma Hoy la historia de la campana rescatada del fondo del mar, que pertenecía a una embarcación que naufragó frente a las costas de Rocha. “Sabemos que era de mediados del Siglo XIX”, dijo a La Paloma Hoy Juan Antonio Varese, autor del libro Naufragios en las costas de Rocha.

Adriana Pugliese // La Paloma Hoy

 

La historia siempre tiene una cuota de sorpresa, sobre todo cuando quienes la pueden contar en primera persona, se sientan a explicar los hechos.

Emilio Azambuja tenía 18 años en febrero de 1971, cuando fue a pescar chuchos al Desplayado con su arpón. Se sumergió frente a la rambla, allí donde nace la bajada al Desplayado, y nadó con su equipo hasta donde está la rompiente, unos 60 metros adentro.

“Llegué a una zona en la que no se veía mucho, porque la rompiente levanta la arena -cuenta Azambuja en comunicación telefónica con La Paloma Hoy- y miré el fondo de arena y le tiré con el arpón a lo que yo creí, era la cabeza de un chucho”.

Los chuchos o rayas, se entierran en la arena del mar para permanecer ocultas. Emilio pensó que ese chucho se estaba escondiendo y solo se veía parte de su cuerpo “le tiré dos veces el arpón y rebotaba… ahí me di cuenta que eso era otra cosa”.

Emilio fue durante varios días a tratar de desenterrar lo que parecía algo que el tiempo había ocultado debajo de la arena, olvidado en el fondo del mar. En un momento supo que se trataba de una campana. Buscó la ayuda de algunos amigos, y juntos lograron desenterrarla y subirla a la superficie “armamos una balsa con unos tanques de 200 litros y con eso hicimos el primer intento, que no funcionó”.

Finalmente, armaron una cadena humana desde la costa para arrastrarla y lograron arrimarla a la playa para luego llevársela. En épocas de gobiernos militares, la Prefectura no tardó en conocer el hecho “vinieron a buscar la campana y se la llevaron. Emilio se olvidó de la campana, del rescate y se fue a Montevideo. Dos meses después, llegó a su casa un policía “me dijo que lo acompañara, yo no sabía a dónde me quería llevar y él me dijo que tampoco, que eran órdenes”, cuenta Azambuja. Luego de relatar a las autoridades lo que había sucedido con la campana, el rescate, el hallazgo y los detalles, la consulta fue directa “querían saber exactamente donde la había encontrado, ellos tenían un acuerdo con un arqueólogo submarino para desenterrar este tipo de cosas”.

Tiempo después, la campana volvió a La Pedrera “estuvo 20 años en mi casa -ubicada en la Avenida Principal a 100 metros de la rambla- hasta que un día mi padre se la dio al cura que venía a La Pedrera, que era amigo suyo, porque le contó que en la Iglesia estaban sin campana”.

Desde ese día, quedó en la Iglesia Nuestra Señora de Lourdes, que se emplaza en el centro del casco histórico del pueblo “es una campana que mide 70 cm de alto por unos 50 de ancho, y puede pesar cerca de 100 kilos“, explica el rescatista, recordando lo que les costó a él y a sus amigos sacarla del fondo marino.

Azambuja sabe que su campana sigue allí “la que robaron no es la campana de aquel barco”, aseguró.

Según pudo reconstruir La Paloma Hoy en base a los relatos de vecinos de la zona, esa campana rescatada hace exactamente 50 años, es la que hoy está colgada en el campanario, la que fue robada es una más pequeña, que estaba atada a un lado, y que no tiene el bagaje histórico de la protagonista de esta historia. 

Además de la campana, Azambuja y sus amigos encontraron en las inmediaciones, debajo de la arena, algunas monedas, clavos de bronce, pedazos de tejas…

 

La otra historia

A propósito… ¿cómo llegó esa campana al fondo del mar?

Esa parte de la historia está menos clara.

Juan Antonio Varese, reconocido investigador sobre temas históricos, que ha recopilado y editado en formato libro los innumerables naufragios frente a las costas de Rocha, habló con La Paloma Hoy sobre el origen de la campana, momento que él reconstruyó a través de sus charlas con Arturo Coduri, hoy fallecido, quien participó junto a Azambuja de aquella aventura adolescente de los años setenta. 

Lejos de adjudicar su procedencia a un galeón español que se hundió allá por el siglo XVI -como algunos creen en La Pedrera- Varese asegura que lo más probable es que esa campana haya estado en el fondo del mar alrededor de 100 años “no se sabe de qué barco era, tampoco importa mucho el nombre de ese barco, lo que sí vale saber es que era de mediados del Siglo XIX”.

Varese explica que esa campana por ser de bronce, soportó el salitre durante tanto tiempo “en ese momento era una forma de comunicar en el barco mismo: sonaban la campana para llamar a comer, por ejemplo”.

La Pedrera y La Paloma hacen muy bien en valorar y mantener sus tradiciones, opina Varese: “cuando llegas a un pueblo de pescadores en España o en Francia, por ejemplo, a uno le cuentan de dónde fueron sacados algunos tesoros que están a la vista, es parte de la historia de los pueblos”.

Tesoros en la arena

Muchas veces, los vientos tormentosos revuelven el fondo del mar y empujan a la costa restos de sus tesoros mejor guardados “suelen aparecer tejas o azulejos preciosos… y eso obedece a dos cosas: a mediados del Siglo XIX, las casas lujosas de Montevideo o Buenos Aires, como acá no había fábrica de azulejos o de tejas especiales como las que producían en Francia de marca Marseille (foto), traían en barco, a veces por encargo de barracas y otros comercios, tejas o azulejos u otros elementos de construcción. Otras veces, los barcos usaban pedazos de azulejos, tejas o piedras como lastre, ya que los veleros tenían velas muy altas y debían tener sobre peso para evitar que el viento las tumbara. Entonces, muchas veces se encuentra que el fondo del casco estaba cubierto de piedras, azulejos, ladrillos, y cuando se remueven las tormentas del sur, las olas traen a la costa esos elementos”, explica Varese.

[img]https://lapalomahoy.uy/02-2021/tejas .jpg[/img]

Antigua teja francesa Pierre Sacoman- Henry Marsielle

Otro hallazgo

En Mayo de 2013, un equipo de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación realizó relevamientos de sitios subacuáticos y marítimos de importancia patrimonial en La Pedrera. En una zona rocosa, de difícil acceso, próxima a la costa y a una profundidad de entre 2.5 y 3 metros, los especialistas encontraron un cañón de hierro de una antigua embarcación desconocida.

Hasta ese lugar, habían llegado luego de conocer la memoria oral de los habitantes locales y trabajadores de distintos oficios, incluidos pescadores, y realizaron una serie de prospecciones. Los arqueólogos indicaron que se trataba de “un sitio de naufragio” y aseguraron que “no se conoce en los anaqueles históricos un naufragio específico en ese lugar y no está referenciada qué embarcación es”. Las hipótesis de trabajo de los investigadores indicaron que la carronada dataría de finales del siglo XVIII y principios del XIX (de 1780 a 1820, aproximadamente).

Esa época, correspondería con los datos proporcionados por Varese y el lugar del hallazgo del cañón corresponde a las mismas indicaciones en donde, en la década del setenta, un entusiasta adolescente y sus amigos, remolcaron una campana de bronce, que aún cuelga en la Iglesia de La Pedrera.

 

Futuro

Emilio Azambuja tiene una idea en mente: “tengo un proyecto para valorar aún más ese hallazgo y estamos en tratativas con las autoridades eclesiásticas para poder hacernos de vuelta con la campana y exponerla en la rambla. Entendemos que puede ser un nuevo ícono para el lugar, queremos que esta campana, tenga un lugar especial en la historia de La Pedrera”, aseguró.

 

 

 


Comentarios »
adelante
linda historia
nombre
Hermosa historia que habla muy bien de la gente de La Pedrera
nombre
Interesantísima historia. Hace diez años que voy a La Pedrera y no conocía la historia, Me Encantó
Miguel Jiménez de Aréchaga
Felicitar a quién hizo la nota con el "muchacho" que rescató la campana del mar. Es importante dar con el autor de la proeza marina .
María Laura Imas
Me encantó la historia .Y me alegro que aún este en la Iglesia esa campana con tanta historia .Adelante
Escribir un comentario »