Adriana Pugliese // La Paloma Hoy

Nota de la Redacción: A raíz de una nota publicada en el día de ayer por Diario El Este, y replicada en nuestro portal, que generó controversias sobre algunos aspectos de la llegada de la manila, decidimos ampliar la información sobre el tema con el artículo que publicamos a continuación. 

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El cuerpo es esbelto, alargado y poco comprimido, cubierto por pequeñas escamas y su borde expuesto presenta incisiones más o menos agudas. El nombre científico de la manila alude precisamente a este tipo de escama. Ese el es pez, que puede llegar a medir entre 10 y 15 cm, que aparece en nuestras costas en esta época del año, aunque no siempre. 

Los más memoriosos recuerdan el año 2011 como el último en el que la manila asomó por la costa de nuestro país, coincidentemente con la última fiesta que se recuerda.

Para saber más acerca de este evento, La Paloma Hoy dialogó con Graciela Fabiano, directora de la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (Dinara) de La Paloma, quien explicó que: “en realidad no se trata de una zafra de manila porque no se da todos los años. Por eso no tiene tampoco una actividad comercial desarrollada”.

La manila se pesca desde el mulle con calderín o medio mundo, y según fuentes consultadas, habrá que esperar para saber quién otorgará los permisos para realizar la actividad dentro del puerto, ya que una parte del mismo está en manos de la Dirección Nacional de Hidrografía (DNH), y otra parte en manos de la Administración Nacional de Puertos (ANP).

Fabiano recuerda que la última vez que la manila apareció en buenas cantidades fue en el año 1997: “en 2011 creo que fue la última fiesta que se hizo porque después ya no hubo manila. Nosotros no alentamos mas la fiesta de la manila porque había bastante actividad de barcos en el puerto y la manila se alimenta allí mismo y había peligro de que estuviera contaminada…” Para Fabiano esa festividad estaba asociada también a una mayor participación de la ciudad en el puerto: “era la época en la que el puerto tenía mucha más actividad”

Los ejemplares que aparecen normalmente en nuestras costas pueden llegar a medir entre 10 y 15 cm.

Los artesanales y los aficionados

Ruben Sánchez, intendente del SUNTMA (Sindicato único de Trabajadores del Mar y Afines) informó a La Paloma Hoy que “para el pescador artesanal es un recurso como puede ser el mejillón, una opción más”, pero que no hay una explotación comercial organizada: “puede haber familias que aprovechen para vender en el puerto lo que pesquen”.

Juan, es pescador aficionado y recuerda que durante la época de manila: "la gente pescaba en el muelle y luego lo vendía en los puestos de venta que estaban en el puerto mismo".

Probablemente, el regreso de la manila traiga aparejado un incremento de la actividad en el puerto local, principalmente de los pescadores deportivos, turistas y aficionados locales, que no querrán perderse la oportunidad de volver a pescar manila en La Paloma.