En la madrugada de ayer, aproximadamente a la hora 01.00, los malandros de siempre, que no tienen nada que hacer, incendiaron la caseta de guardavidas del balneario Punta Rubia. Un vecino vió las llamas y llamó a Prefectura, pero mientras llegaban los efectivos, los autores ya habían fugado, presumiblemente hacia La Pedrera. Es increíble que haya enfermos mentales que se diviertan destrozando instalaciones destinadas a brindar un servicio por demás valioso para la comunidad y que se construye con el dinero de nuestros impuestos. Hablando pronto y mal, tienen mierda en la cabeza.
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