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Sonia Ziperovich

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Querido José Luis: conocés la historia de nuestros sufrimientos en La Balconada desde que hace 20 años decidimos instalarnos en un sitio que pensamos era la maravilla de la naturaleza para disfrutar. Pero como dicen muchos otros vecinos, los ruidos, los maleducados, y hasta los funcionarios que nos agredieron tantas veces, han hecho de nuestra La Casa Verde un infierno. Esperamos que este próximo verano sea tranquilo y sano. Siempre recibimos a amigos extranjeros que quieren conocer las maravillas uruguayas. La mayoría son colegas tuyos y míos y cuando no pueden dormir, no pueden entrar o salir de la casa por los autos mal estacionados o por las inundaciones que provoca cualquier lluvia por los desastrosos trabajos que se hicieron, se llevan lamentablemente un recuerdo malísimo que luego comparten en sus respectivas universidades. Así se va muriendo el Uruguay Natural. Así se va haciendo el boca a boca. Así se palpa en los hechos un relato turístico que no se condice con la realidad. Hasta hemos tenido que llevar a nietos muy pequeños a hospedarse a hoteles lejos del ruido por miedo a su salud. Lo último ha sido el derribo intencionado de los hermosos árboles que habíamos plantado en la vereda y que habían crecido lozanos para dar sombra a los autos y a los peatones... por jerarcas de la misma Intendencia en un ataque de furia. Te deseo el mayor de los éxitos en tu gestión, pues tu éxito será el de cada uno de nosotros que pusimos nuestras esperanzas en este rinconcito del mapa, que pagamos impuestos altísimos en relación a otras ciudades capitales sudamericanas y que tenemos que penar por poder ¡dormir!. El respeto se enseña. Las leyes obligan. Los funcionarios deben hacerlas cumplir. Ellos deben ser los primeros en dar el ejemplo. Suerte y buen 2016.

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