¿Seguís viviendo en La Paloma?

Sí, en este momento estamos inundados. 
 

¿Tu casa fue afectada?

Sí, tengo un tajamar en mi casa y muchas casas están afectadas. Hay camiones sacando agua de todos lados. En algún momento me tocará a mí, pero por el momento estoy bajo el agua. 

Como vecino de La Paloma has manifestado anteriormente estar en contra del puerto de aguas profundas. 

Desde hace muchos años me opongo de alguna manera a un puerto de aguas profundas en este lado porque afectaría el ecosistema de una manera muy fuerte, la cultura de este lugar cambiaría de una manera muy fuerte, sería más pujante, más ambiciosa. Si bien traería más posibilidades de trabajo, traería como consecuencia una pérdida en la calidad de vida. Fijate lo que ha pasado con Buenos Aires y Montevideo, por ejemplo, o lo que pasa con Bahía Blanca o Comodoro Rivadavia en Argentina, son lugares que se hacen feos, ambiciosos, llenos de una civilización que ya está colapsando, que está tratando de transformarse a sí misma. Hoy siento que viendo nada más lo que está aconteciendo con el clima, que hay 40 grados bajo cero en Estados Unidos y 50 grados de calor en el Cono Sur, rayos que te parten en el medio, lluvias que no terminan, inundaciones en todos lados, me doy cuenta que los seres humanos ya algo estamos empezando a sospechar. Esto es producto justamente de una maquinaria que no se detiene quemando restos fósiles que ya no le sirven de nada a la naturaleza, por eso están escondidos a 2.500 o 3.000 metros de profundidad, en los intestinos de la tierra por decirlo de alguna manera. Y nosotros estamos extrayendo esa mierda y quemándola. ¿Y qué va a traer como consecuencia un puerto de aguas profundas? Más de eso. Más de lo que ya no necesitamos ni queremos. Hoy el mejor mensaje que queremos dar es austeridad, como lo hace el papa Francisco, como lo dicen los líderes espirituales más importantes del mundo.

En el mundo se ha calificado al presidente Mujica como austero. ¿Vos lo ves así?

Totalmente, me parece que es un mensaje muy esperanzador, muy copado. Si bien es paradójico y contradictorio también, porque por otro lado está dando marcha a Aratirí y al puerto de aguas profundas. Pero creo que estos proyectos responden a gran parte de la población del Uruguay. O sea, no responde a una obsesión de él. Si el pueblo uruguayo realmente decide que esto no debería estar, lo tiene que expresar y si lo expresa yo creo que Mujica se va a hacer eco del pueblo uruguayo y va a impedir que Aratirí y el puerto de aguas profundas estén ahí. Yo creo en Mujica, creo en su fuerza y creo en su espiritualidad y en el legado que está dando, pero tenemos que ayudarlo. 

Ya que estamos hablando de cuestiones ambientales, la relación entre Uruguay y Argentina hace unos años, por decirlo a resumidas cuentas, se empezó a poner más turbia por Botnia, UPM, después vinieron los cortes de ruta, las trabas comerciales, etc. Este conflicto entre los gobiernos ¿pensás que puede llegar a distanciar a los pueblos?

Creo que no. El pueblo argentino respeta y quiere muchísimo al pueblo uruguayo, y el pueblo uruguayo también admira al pueblo argentino. O sea, independientemente de la rivalidad que pueda haber con el fútbol, o en política. Nunca te olvides que los políticos se dan fuerza generando oposición, se dan fuerza generando guerra, generando disputas, ese es el lenguaje político. El lenguaje del corazón es el lenguaje de la gente. La gente de La Paloma me abrazó, y yo abrazo al pueblo uruguayo. Amo al pueblo uruguayo. Y creo que ese es el legado que quiero dejar como artista.