3 de agosto de 2015
Pedaleando el mundo
Un joven de Colonia recorre el Mundo en bicicleta acompañado por su perra Kara. Estuvo en Nueva Zalanda, Chile, Argentina, Brasil y ahora en su recorrido por Uruguay, visitó La Pedrera y la Paloma.
LPH
Eduardo Manancedo nació en Colonia, hace 27 años y trabajó en la empresa Pepsi-cola. Ganaba bien, llegó a comprarse dos autos y un terreno. Todo parecía muy normal, hasta que un día sintió que vivía sumergido en una locura por mantenerse económicamente: “Sentí que perseguía el plástico, que vivía detrás de cosas que no tienen valor real”- cuenta. (Algo que sienten muchos, pero no muchos hacen lo que él hizo): “Decidí emprender un viaje, recorrer el mundo en bicicleta.”
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Eduardo encaró esta experiencia con una compañía especial: una perra negra llamada Kara que viaja sentada sobre una caja detrás de la bici.
“Los otros días conocí a otro viajero que viaja junto a su mascota, y me dijo algo que nunca me puse a pensar. Nosotros somos los que viajamos como un perro. Ellos, son los viajeros.” - afirma, meneando la cabeza.
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La magia dura cuatro días
Eduardo ya pedaleó por Nueva Zelanda, Chile, parte de Brasil, de Argentina y desde abril está recorriendo Uruguay. Tiene un facebook donde sube fotos y pequeños comentarios de las experiencias que va haciendo. Allí, invita a la gente a seguir sus pasos por el mundo, a opinar y sugerir lugares y cosas que hacer. Dice que su meta es encarar Europa y que ya imagina algunos de los avatares que le tocará en el Viejo Continente. Nos cuenta que pasa solo 4 días en promedio en los lugares, porque dice que al quinto, el lugar, cualquier lugar, empieza a perder la magia y entonces, prefiere irse. El último fin de semana estuvo en La Pedrera y en La paloma y ya se está ir, claro, empujado por la inminente pérdida de magia...
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Una experiencia en Rocha
“Una noche dormí en la playa de Barra de Valizas. Veía la luz del faro y pensé que estaba muy cerca. Dije me voy al cabo Polonio, total, son pocos kilómetros.
Nunca me imaginé que iba a tardar tanto. Estuve tres días para llegar. Se me enterraban las ruedas en la arena, tuve que hacer gran parte caminando, fue durísimo, sobre todo por los médanos, no sabía que eran tan altos.”
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Eduardo dice estar dispuesto a pedalear por el mundo hasta los 31 años. Cada tanto vuelve a Colonia, donde vive su familia, y luego retoma la carretera con un rumbo más o menos definido pero, como todo, y como todos, con un destino totalmente desconocido.
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Comentarios
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sylvia bagnasco
Comentario
Amor yo se puede desir te conosco desde que nasiste te admiro y segui lo que hases es una esperiencia unica que a muchos nos queda grande por falta de coraje y desicion ...te quiero mucho chiquito cuidate