Escribe Andrés Estrades, co fundador de la ong Karumbé para  La Paloma Hoy 

Si hay un mes que podemos llamarlo Del Ambiente, ese es Junio. En cuestión de días pasamos de conmemorar el día mundial del medio ambiente (5 de junio, Estocolmo 1972), a celebrar el día internacional de los océanos (8 de junio, Naciones Unidas 2008) y recordar el 11 de junio el natalicio de explorador y conservacionista Jacques Yves Cousteau (Francia 1911).

Definitivamente “nuestro” planeta es un mundo oceánico. Y las comillas ponen en duda nuestra capacidad como civilización de estar a la altura de las circunstancias. Actualmente la NASA y otros organismos de investigación espacial llevan registrados 3264 exoplanetas fuera de sistema solar que habitamos. Ninguno, repito, ninguno tiene las características acuáticas de la Tierra. 

Muchos se preguntan si será necesario que para que la vida sea posible tal y cual la conocemos, el agua líquida sea un componente esencial. Sin ir más lejos, la exploración del árido Marte nos recrea con fantásticos escenarios, pero ni rastros de vida marciana presente o pasada.

Los mares dan vida, alimentos, y por sobre todo regula el clima. Recientemente se ha comprobado que los océanos nos están cubriendo la espalda de los desastres ecológicos de los que somos responsables. Los océanos captan mucho mas CO2 que las selvas y bosques. Ese CO2 queda atrapado y desciende a los fondos oceánicos.

Cuando Jacques Cousteau comenzó en 1950 su aventura de explorar y educar a la humanidad de los misterios y bondades de los océanos, todavía no se notaban grandes impactos. Ya al final de su vida, en la cumbre de Rio92, vemos que se hace un llamado a los gobiernos y las nuevas generaciones, buscando un cambio. Casi 30 años después algunos de los efectos de la contaminación, acidificación y reducción de biodiversidad son alarmantes.

Muchos países han tomado iniciativa para la conservación de los océanos. A nivel mundial el 7% de los océanos tiene medidas efectivas de conservación. Por citar algunos ejemplos Chile tiene el 42% de su mar territorial protegido, Argentina 9,5%, Nueva Zelandia 30%, y así podríamos seguir. Y Uruguay? 0.7% (Si, cero coma siete). 

¿Será que el mar territorial uruguayo tenga algo digno de conservar? ¡Definitivamente Si! Que podemos decir de las cientos de ballenas que viene a comer y parir todos los inviernos, de los miles de lobos marinos que habitan nuestras islas oceánicas, de las millares las tortugas marinas que viajan desde África solo para alimentarse de las aguavivas, de los millones de cangrejos y caracoles marinos que pueblan los fondos oceánicos, y de los milenarios arrecifes coralinos que albergan ecosistemas enteros bajo sus estructuras. Y así podría seguir …

Definitivamente estamos en deuda como sociedad. La creación de áreas marinas protegidas debe ser una prioridad nacional para los próximos años. Las grandes reservas marinas potencian la producción de biomasa oceánica, por ende, más pesca disponible. Crean oportunidades de desarrollo turístico y abren un mundo nuevo para desarrollar investigaciones a nivel científico, creando oportunidades desde la cooperación internacional. 

Pero por, sobre todo, los grandes parques marinos son santuarios de vida, un lugar donde peces, corales, tortugas, delfines, y tiburones puedan existir como seres y continuar los procesos ecológicos evolutivos que han estado desarrollando los últimos millones de años. Y eso no es poco… 

Fuentes:

Exoplanetas: https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Planetas_extrasolares   

Áreas Marinas Protegidas: https://mpatlas.org/

Océanos y CO2: https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/oceanos-capturan-mas-co2-que-se-pensaba_15920

Kenneth MacFarlane (1998). Jaques Cousteau y los derechos humanos de las generaciones futuras (PDF).