// La Paloma Hoy //

Viniendo de Buenos Aires por el Buquebus de Montevideo, en el tramo de la Interbalnearia Liber Seregni pasando el aeropuerto, sentí que las ruedas de mi auto vibraban y al rato paré en una entrada de ómnibus, a unos 80 metros pasando la casilla de la parada.  

Veo que tengo una cubierta completamente hecha trizas, ¡qué desamparo, sola…! Al ratito se me acerca muy amable un hombre que viene caminando de la parada con un mameluco azul oscuro con un logo que comienza con “AL” y me dice que justo me vio porque trabaja cerca, en una fabrica de aluminio que está a dos cuadras y se ofreció a ayudarme a cambiar la goma. 

Saqué valijas y bolsos del baúl y las puse dentro del auto. Sacamos las herramientas y el criquet, pero el señor no pudo destornillar los bulones argumentando que yo no tenia las llaves correctas. Le pido entonces el teléfono de un auxilio y me da el del ACU, mientras estoy muy concentrada explicando mi caso y logro el aval de la derivación al ACA argentino, aparece otro señor con el traje idéntico, de la  misma empresa. En el momento que levanto la vista del celular veo una chica que sale de una panadería lejana, agitando los brazos y gritando que se llevaron tres bolsos y se subieron a una moto. Miro hacia el auto y efectivamente están todas las puertas abiertas, me faltan dos mochilas y el bolso con mi equipo fotográfico profesional. 

La chica me explica que vio la maniobra desde lejos, que fue rapidísimo como abrieron las puertas y que corrieron para subirse a una moto roja que tenían fuera de mi visión apostada detrás de la casilla de la parada, mientras arrancaban uno de ellos se iba poniendo una campera color mostaza sobre el traje camouflage de operarios del aluminio.

De la panadería llamaron a la policía, vinieron dos uniformados de la Seccional 27, tomaron todos los datos, detalles de lo que me sacaron y anotaron todo minuciosamente, pero no me dieron ninguna esperanza de recuperar nada, que ese material se vende rápido en un mercado interno y  argumentando que pasó demasiado tiempo,15 a 20 minutos. (sin embargo mucha gente luego me comentó que esa ruta tiene muchas cámaras).

Mientras el auxilio de ACU me cambia la cubierta, recordé que en realidad unos 2 o 3 km antes en una zona de bosques y de trafico mas lento, una moto me pasó rozándome del lado derecho y sentí como un ruidito raro, como un toque metálico, al que no le di importancia.  Estoy absolutamente convencida que ese fue el momento en que me tajearon la cubierta. También recuerdo que a la salida de Buquebus, saliendo del puesto de la aduana, todavía dentro del predio, una moto apostada en el cerco salió justo a cruzarse delante de mí y no sé porque me llamó la atención, será porque no bajaba como todos del Buquebus.

Resultado, yo venía a trabajar siete días en la edición de video con la tranquilidad que uno puede tener en un balneario del Uruguay, para lo cual traía mi computadora de trabajo y una memoria externa de 4 Teras con todos los archivos necesarios para hacer la edición. Aparte de la pérdida material de los equipos y el dinero, perdí unos 6 meses de trabajo, de tomas de videos y de fotos para unas entregas que son irrecuperables. Una angustia tremenda y una sensación de haber sido una estúpida, una crédula increíble. Es obvio que  todo fue perfectamente tramado desde el comienzo, por un equipo de ladrones de “guante blanco” muy amables y muy hábiles. Por favor pongan una alerta urgente en BUQUEBUS, en el Ministerio de Turismo, en las Embajadas uruguaya y argentina. Tiene que haber control policial en esa zona.

Margartia dijo a La Paloma Hoy que “es un problema muy de Montevideo en relación a la llegada del Buquebus, tendría que haber contacto mas directo a las autoridades turísticas y policiales de la zona. Y un alerta desde Buquebus también”.

Antecedente

En agosto del año 2015, el Ministerio del Interior informaba la detención y desarticulación de la conocida "Banda del pinchazo", integrada por seis hombres y una mujer y conocida por ser "el terror de los turistas argentinos".

La Jefatura de Policía de Canelones informó en aquel entonces que "El modus operandi de esta banda consistía en detener un auto detrás de otro en los semáforos, pinchar la rueda trasera derecha y en combinación con dos motos y un auto, seguían a su víctima. Cuando esta se detenía al constatar la avería (algunas veces advertidos por los propios delincuentes), realizaban el arrebato". 

Esta modalidad venía ocurriendo desde el inicio de 2015, llegando a realizar más de 30 arrebatos. Se incautaron  en aquel operativo, más de 25 carteras, documentación variada, pasaportes, perfumes y efectos varios, todos producto de los arrebatos cometidos".