Por Joaquín Aldabe, para La Paloma Hoy 

Uruguay es un país pequeño pero con una llamativa diversidad y abundancia de aves. Situado en el corazón del Bioma de las Pampas, Uruguay está dominado por extensos pastizales y humedales, con bosques que en su mayoría están confinados a ríos. Los bosques uruguayos están influenciados bióticamente por la Mata Atlántica y Chaco, dos biomas que se extienden principalmente en Brasil y Argentina, respectivamente, que aportan muchas especies vegetales y animales al país. 

Las condiciones climáticas y los extensos pastizales permitieron a Uruguay desarrollar la ganadería, que es el uso tradicional de la tierra. Esta actividad se inició hace más de 400 años cuando Hernadarias introdujo el ganado. Este hecho dio origen, no solo a un importante recurso económico, sino que también determinó importantes procesos históricos y definió una parte importante de la cultura uruguaya. El pastoreo de ganado afectó profundamente los hábitats naturales, ya que el pastoreo de vacas y ovejas usualmente mantiene el pasto corto, modificando las condiciones del hábitat de la vida silvestre. Sin embargo, muchos animales aprovecharon estos cambios y se beneficiaron de los pastos cortos, como el teru-teru (Vanellus chilensis) o el hornero (con su sorprendente nido construido de barro) (Furnarius rufus) que se encuentran entre las aves más comunes de nuestro país.   

A la fecha se han registrado casi 500 especies de aves en nuestro país, lo cual significa un elevado número en relación a las 10000 especies de aves registradas a nivel mundial. Esto, sumado a que es un país en donde las distancias son relativamente cortas y los lugares con buen acceso, hace que Uruguay sea un lugar ideal para disfrutar de las aves y la naturaleza. Sin embargo, el conocimiento actual de nuestras aves no llegó a su máximo.

Basta recorrer la historia para exponer que nuestro conocimiento sobre las mismas ha venido creciendo de manera sostenida en el tiempo. En 1978, un libro publicado por Gore y Gepp, daba cuenta de solo 376 especies registradas para el país. Este número rápidamente comenzó a incrementarse hasta 431 en 2004. La tendencia continuó, hasta las casi 500 especies reportadas a la fecha. ¿Porqué este incremento? Seguramente el factor más importante es que hay más personas observando aves y nutriendo a la ciencia desde una actividad recreativa tan apasionante como lleno de descubrimientos del mundo de la naturaleza y sus increíbles colores, comportamientos e interacciones. Basta un binocular y una cámara de fotos (con cierto zoom) para descubrir y compartir formas y colores que nos llevarán a vuelos inolvidables. 

Un viaje por las Áreas de Importancia para las Aves (IBAs por sus siglas en inglés) en Uruguay

Las IBAs son sitios reconocidos nacional e internacionalmente por su importancia global para las aves y la biodiversdidad. IBA significa en inglés Área de Importancia para las Aves. En Uruguay contamos con 22 IBAs, que contienen 37 especies de importancia global para la conservación. La mayoría de estas especies utilizan diferentes pastizales altos, cortos, húmedos con diverso grado de vegetación arbustiva y arbórea. Las IBAs son sitios clave también para la biodiversidad; es un programa de BirdLife International, llevado adelante por la ONG Aves Uruguay en nuestro país. 

A lo largo de la costa oceánica, hay varias IBAs con influencia marina, incluidas lagunas salobres y desembocaduras de ríos. Los primeros están representados por un sistema de cuatro lagunas conectadas periódicamente al mar; estas conexiones periódicas generan una mezcla de agua dulce y salada que se traduce en una alta productividad y biodiversidad, y ofrece una belleza escénica única.

Estas áreas concentran gran cantidad de aves acuáticas como aves playeras, flamencos, patos, gallaretas, cisnes y cigüeñas. Cuando los niveles de agua son bajos, estas lagunas están cubiertas por miles de cisnes de cuello negro Cygnus melancoryphus y ganzos blancos o Coscoroba coscoroba alimentándose de plantas sumergidas. Algunas aves playeras de pastizales tienen una proporción importante de su población mundial en estas áreas.

El chorlito canela Calidris subruficollis y el chorlo pampa americano Pluvialis dominica son muy comunes en los campos pastoreados alrededor de estas lagunas y representan un ejemplo del papel fundamental que juega el manejo del ganado en la conservación del hábitat. Estas aves vuelan todos los años 15 mil kilómetros desde sus áreas de reproducción en el norte de Alaska y Canadá. Además, algunas de estas lagunas sostienen poblaciones invernales de Gaviotas de Olrog Larus atlanticus. Esta rara gaviota es endémica del Atlántico suroeste y es una especialista en dietas; se alimenta principalmente de cangrejos.

Nuestras ricas playas

Las playas son uno de los principales atractivos para los turistas en Uruguay y se encuentran cerca de áreas ricas para la observación de aves. Por ejemplo, la playa de Barra del Chuy, cercana a la frontera con Brasil, es uno de los sitios más importantes para el playero rojizo Calidris canutus rufa en el país. Es uno de los animales que realiza las migraciones más largas y espectaculares del reino animal, uniendo el ártico con el sur patagónico. Esta ave playera ha experimentado disminuciones drásticas en las últimas décadas debido al agotamiento de su alimento en América del Norte, en donde se alimenta de los huevos del cangrejo herradura, sometido a sobrepesca.

Barra del Chuy es un sitio de parada migratoria donde permanecen un par de semanas en marzo y abril alimentándose de berberechos y almejas, según reveló un estudio realizado por el CURE y la ONG Aves Uruguay. Una de las migraciones de vuelo sin escalas más extremas de la historia fue llevada a cabo por uno de estos playeros que partió de Barra del Chuy y voló ocho mil kilómetros en seis días hacia la costa este de Estados Unidos, lo que sugiere que se trata de un buen sitio de migración para alojarse antes de viajes tan largos.

¿Porqué Barra del Chuy es elegida por tantas aves playeras? El CURE y Manomet Inc están estudiando esta pregunta, que parece estar vinculada con las características de las playas. En las playas con escasa pendiente, como Barra del Chuy, las olas rompen lejos de la costa, y la energía del agua se va disipando. Cuando llega a la orilla, el agua está calma, sobre un suelo plano, lo cual podría facilitar que las aves playeras busquen y encuentren su alimento. 

En este sitio se pueden observar otras aves playeras interesantes como el ostrero común Haematopus palliatus, que se reproduce en las dunas cercanas al intermareal, los playeritos blancos Calidris alba que también migran hacia el norte a las áreas de reproducción en el alto Ártico. El gaviotín real Thalsseus maxima y el gaviotín pico amarillo Thalsseus sandvicensis eurygnathus se reproducen en una isla cercana a la costa de La Coronilla llamada Isla Verde; esta colonia es la única en unos 2000 km a lo largo de la costa atlántica de América del Sur, según un estudio publicado por biólogos uruguayos.

En la próxima edición, hablaremos de los bañados del Este, un área de las más importantes para las aves de nuestro país.