Coendú para La Paloma Hoy 

Tanto en Uruguay como en el resto del mundo hay sitios que albergan un número especialmente alto de especies.

Estos son lugares privilegiados con condiciones singulares (hidrográficas, orográficas, geográficas, climáticas) que favorecen que allí se manifieste la vida.

Esta disposición biológica no es igual en todas las regiones. Algunas albergan gran cantidad de plantas, otras de insectos o vertebrados. Pero no necesariamente las que presentan gran riqueza de especies son aquellas con abundantes especies endémicas (que solo están en una región o lugar).

Pomaria rubicunda. Foto Pablo Berazategui

Tristemente nos acostumbramos a leer o escuchar que muchas especies  desaparecieron o están en peligro de hacerlo, sin saber su importancia y ni siquiera medir las consecuencias que acarrearía. O nuestro desconocimiento nos impide valorar cuánto nos afectaría directamente.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, en inglés) es un organismo dedicado a la conservación de recursos naturales y su Lista Roja de Especies Amenazadas actúa como inventario mundial del estado de las especies prioritarias para su conservación.

Cardenal amrillo. Foto Pablo Berazategui

Si bien todas las especies merecerían especial atención por parte de actores públicos y privados para asegurar su permanencia, existe un grupo que, debido a los riesgos inmediatos para ellas o su ambiente u otros rasgos que hacen importante su presencia, se consideran prioritarias para la conservación.

En Uruguay existe una lista de ellas basada en distintos criterios: por estar amenazadas, ser endémicas, tener una característica biológica singular o un  uso sustentable.  En ella se enumeran 1201 especies: 688 plantas y 513 animales.

Coendú. Foto Andrés de Muro

Estas especies con prioridad de conservación no necesariamente están en Áreas Protegidas y, de hecho, muchas no viven allí. Esto representa un gran desafío ya que al ser Uruguay el límite de distribución para muchas especies, las más raras están en pequeñas áreas que exigirían un tratamiento específico y distinto al de las Áreas Protegidas convencionales. 

En los últimos años, intensas investigaciones en diferentes regiones del país ampliaron el número de especies de Flora y Fauna, y en breve, por su exiguo rango de distribución, pasarán a integrar el listado de prioritarias.

Zorro gris. Foto Andrés de Muro

Todo esto nos lleva a cuestionarnos: ¿Cómo podemos cuidar lo que no conocemos? ¿Por qué es importante conocer las especies y su distribución geográfica? ¿Qué amenazas afrontan en nuestro país? ¿Hay acciones para conservarlas? ¿Cómo participan la ciudadanía y autoridades?

La realidad muestra que estas especies afrontan hace mucho tiempo distintas amenazas. La principal es la fragmentación y pérdida de hábitat por el cambio de usos de suelo (urbanización, forestación, agricultura) pero hay muchas otras, como el tráfico ilegal de especies, la sobreexplotación de recursos naturales, los incendios, la contaminación, la invasión de exóticas y la demanda farmacéutica. 

Nenúfar. Foto Pablo Berazategui

Cuando desaparece una especie es probable que su ecosistema y equilibrio se derrumben y se pierdan muchas otras como resultado.

Es urgente realizar investigación básica, involucrando a las comunidades locales y su conocimiento ecológico, y tomando decisiones juiciosas, basadas en datos reales y orientadas a una conservación real, y no a necesidades políticas de corto plazo.

Viudita blanca. Foto Claudia Sosa

Uruguay gestiona su biodiversidad a través de un marco normativo internacional que lo obliga,  como la Convención Ramsar, la Cites, el Protocolo de Kyoto, el Protocolo Cartagena y la Convención contra la Desertificación.

Debemos aprender a conservar y convivir con las especies en un mundo cada vez más fragmentado. 

Para empezar a conocer y cuidar las nuestras, puedes visitar https://www.gub.uy/ministerio-ambiente/politicas-y-gestion/especies-prioritarias-para-conservacion.