Justamente es por éstos días, en que uno se sorprende de la cantidad de amigos del buen oleaje, fanáticos o no ellos, que pasan con sus autos cargados hasta el techo con tablas de surf de todos los tamaños y colores. Lo mismo que las matrículas, uno encuentra desde europeos en sus lujosos motorhome, hasta vecinos brasileños y argentinos, en busca de un buen lugar para subirse a la mejor ola.

Se trata quizás de un turismo no muy explotado, pero que podría generar más aún de lo que genera, si se le da la debida difusión. 

 "La Paloma es un poco polvoriento pueblo de playa donde los uruguayos van a hacer surf, tomar el té de yerba mate y asar grandes trozos de ganado alimentado con buenos pastos . "Es una pequeña ciudad encantadora donde todo el mundo es amable," dice el mejor surfista profesional Marco Giorgi de Uruguay. "Una de las mejores partes es que tiene puntos de surf para todos los niveles de jinete. Y sin importar en qué dirección sopla el viento, es casi siempre surfeable alguna parte."

Pero no solo de La Paloma habla el artículo firmado por Tetsuhiko Endo, también resalta las bondades de sus playas vecinas como La Pedrera y más al este Punta del Diablo.

Sin dudas La Paloma es una de las bellas playas esteñas elegida para vacacionar en la naturaleza, pero además para muchos es un excelente sitio para venir a hacer surf.