El departamento de Rocha se caracteriza, entre otros atractivos, por sus palmares, un bosque de palmeras tan particular que, de hecho, es única en el mundo.

Son miles de ejemplares de una especie de palmeras, el butiá, con cuyos frutos se elaboran algunos productos muy característicos, como la caña con butiá o el licor de butiá.

Pero en los últimos años ha venido creciendo la preocupación en torno a estos palmares ya que está disminuyendo el área en que se desarrolla este ecosistema. 

Según la ingeniera agrónoma, doctora en Agronomía por la Universidad de Pelotas, Brasil, Mercedes Rivas, los palmares “están en peligro de extinción” debido a la forma en que se realiza la actividad agropecuaria en el departamento.

“Pienso que están en peligro de extinción, la especie no, pero la comunidad del palmar si” porque “los ejemplares son antiquísimos, es difícil determinar en una especie como esta la edad pero mínimamente deben tener unos 300 años la mayoría de los ejemplares, vemos que hay jóvenes sólo en los bordes de la carretera y en algún lugar aislado del campo” pero “con eso no alcanza”.

“Tenemos individuos que se empiezan a morir y no dejan descendencia, es un proceso que no sabemos cuanto dura, si no logramos una regeneración indudablemente se va a terminar”, agregó Rivas.

El peligro de extinción “se debe a la actividad agropecuaria, a la forma en que se realiza”. Ante esta realidad el planteo “es sacar a la ganadería pero eso es inviable porque puede causar otros problemas ambientales”.

A esta realidad se suma la dificultad de que la zona de los palmares “no es área protegida, está la ley forestal que dice que se prohíbe el daño a las palmas existentes”. Hay además “un decreto para el área de Laguna Negra que en los hechos no es bajada a tierra con ninguna práctica concreta”. 

Los palmares “están en la reserva de biosfera de bañados del este, tenemos protecciones internacionales que cuidan los ejemplares adultos pero no llevan a la practica la regeneración sobre los bebés de palmeras”.

Los palmares están ubicados “en dos áreas alrededor de la ciudad de Castillos y Laguna Negra y al norte de Rocha en el entorno de Pueblo San Luis”. Si bien hay ejemplares en Treinta y Tres, Maldonado y Cerro Largo, ninguno de ellos forma un comunidad de palmares como ocurre en esta zona del país”, explicó la ingeniera agrónoma.

Entre los dos palmares suman un área de 70 mil hectáreas. Esta inmensa superficie ha generado, por un lado, “un enorme aprecio por el terruño para los que viven allí ”pero además“ ha permitido una producción que se ha convertido en el sustento para tres micro empresas y en el complemento económico de unos 12 pequeños productores que son los que, a menudo, venden al borde de la ruta”, comentó Rivas.

Entre los productos más destacados del butiá están la caña con butiá, el licor, los bombones con relleno de este fruto y con la semilla del mismo, las salsas agridulces para acompañar platos, el vinagre, la mermelada, el dulce de corte, y el helado de butiá. 

Fuente: El Espectador